Un futuro sin tí...

Desperté aquel dia con las infantiles caricias de una pequeña niña.
- Buenos dias, hija - le respondí con agrado tras tomar su pequeño cuerpo entre mis brazos.
Y como cada mañana de sábado, la pequeña Nallely se metio entre las cobijas que cubrian mi lecho; y tras acomodarse suavemente a mi lado, repitió, como cada semana, la pregunta:
- Dime, papá, ¿como era mi mamá? -

Hermosa, sin duda, la pequeña niña a mi lado no compartía ningún rasgo conmigo o con quien ella suponía, fuere su madre. Abandonada a un edad muy tierna como para recordar, ella estuvo al cuidado del gobierno por algun tiempo. Y fue hasta que el terrible dolor de perderte definitivamente me llevó a cumplir mi más anhelado sueño.
Fue así como, al mirar los dulces ojos claros de la bebé que tenia enfrente, y sin pensarlo dos veces decidí adoptarla.
Y así, tras arreglar los papeles para recibir su nueva identidad, Nallely quedó bajo mi custodia legal y paternal.

Hoy, mi pequeña me pregunta una vez mas por su madre, a quien en realidad no conozco ni deseo conocer; y como cada vez, yo le hablo de ti, oh amor lejano, que fuiste y serás por siempre mi única y verdadera esposa... y su única y verdadera madre...